Steve Jobs decía que sólo puedes unir los puntos mirando hacia atrás.
Hoy tomo aire, miro mi propio trazado y, por fin, vuelvo a unir los míos: mi obsesión por la inteligencia artificial, mi vocación por enseñar, mi pasión por comunicar y la necesidad intrínseca de hablar de realidades con ejemplos claros y prácticos, sin humo ni intereses ocultos.
Me encanta aprender sobre IA. Pero más aún me encanta aplicarla: en el día a día, para mejorar la calidad de mi trabajo y ser más productivo. Esa mezcla de curiosidad y oficio me ha llevado a probar, equivocarme, ajustar y volver a probar. He visto cómo pequeñas automatizaciones, buenas preguntas a un modelo y un flujo de trabajo bien pensado marcan diferencias reales: menos fricción, más claridad, mejores decisiones.
Hace año y medio empecé a dar una ponencia sobre IA aplicada para profesionales sanitarios. La disfruté muchísimo. Fue como enchufar mi energía a una red colectiva: compartir descubrimientos, resolver dudas, contagiar ganas. Pero la charla se quedó vieja a la velocidad del rayo. Me costó seguir el ritmo de actualización, atravesé una época con poco tiempo disponible para esto, y, para rematar, tuve una mala experiencia con una empresa que no supo valorarme ni tratarme. Me bloqueé. Lo digo sin drama, pero con honestidad.
Pero hoy, he decidido volver. Volver a enseñar para volver a aprender. Volver a disfrutar del escenario, físico o virtual, y a poner la IA al servicio de profesionales sanitarios que la necesiten y quieran aprender.
Sin promesas mágicas pero con mucho método. Casos reales de uso, demostraciones en directo, prompts listos para usar, flujos de trabajo, y un largo etcétera. Todo ello con criterios claros de seguridad, privacidad y ética. Lo que funciona y lo que no, y por qué. Menos “IA de escaparate”, más IA de trinchera.
Y, no lo dudes, con una chispa de entusiasmo: esa que enciende el cambio cuando descubres que hay una forma mejor —y más humana— de hacer las cosas.
Hoy los puntos encajan. Mi gusto por la IA, mi gusto por enseñar, mi pasión al comunicar y el compromiso de hablar claro, con ejemplos que aterrizan. Vuelvo porque me ilusiona lo que la IA puede hacer contigo, no sólo “para” ti.
Si esto te resuena, nos vemos muy pronto. Trae tus dudas, tus casos y tus ganas. Yo pongo el resto.
