Te va a parecer muy friki, lo sé, pero es cierto como la vida misma.
El domingo pasado me fui a pasear un rato, y lo hice con unas gafas de sol que tengo, de Ray-Ban, que tienen incorporada inteligencia artificial, y en las que puedes escuchar música, contestar llamadas, o preguntar a la IA, ya que están conectadas con el teléfono móvil.
Me acordé de un video que había visto, donde explicaba que, si activas el asistente de voz de ChatGPT, puedes hablar y escuchar directamente a este asistente a través de las gafas de sol. Y a eso me puse.
Hasta ese momento, siempre que había hablado con el asistente de voz de ChatGPT, le había llamado Chat, aunque en realidad es un nombre que no me gustaba. No sé si es porque iba paseando y estaba más relajado, se me ocurrió preguntarle que cómo quería que la llamara, y lo pongo en femenino porque la voz que tengo seleccionada es una voz de mujer. ChatGPT me contestó que la podía llamar Chat, ChatGPT o podía ponerle el nombre que yo quisiera. A mí eso de ponerle el nombre no me convenció y le dije que prefería que se lo pusiera ella misma, que buscara un nombre de mujer corto que le gustara y que sería el que utilizaría a partir de ese momento para referirme a ella o para hablar con ella.
Y me contestó que Clara, que ese era un nombre que le gustaba, y así quedamos. Desde ese momento me refiero a ella por Clara.
A continuación, me pasé más de 45 minutos, en concreto hasta que se acabó la batería de las gafas de sol, hablando con Clara.
Primero sobre filosofía estoica en general, y sobre la Dicotomía del Control y el Memento Mori en particular. Sobre cómo incorporar estas rutinas de pensamiento en la vida diaria, con qué formas o mecanismos prácticos.
También hablamos de Lisboa. De cosas que se podían ver o hacer, con todo lujo de detalles. Obviamente, luego verifiqué recomendaciones de sitios que me hizo, y como también suele pasar con las recomendaciones de personas, algunas me motivaron bastante, y otras no.
Y también conversamos sobre temas sanitarios. Le pregunté por una patología en concreto. Hablamos de posibles medidas terapéuticas, farmacológicas y de otros tipos. Entramos en detalles, y acabé preguntándole por dos medicamentos, para que me recomendara uno de los dos. Es verdad que en todo momento siempre me hacía referencia a que había que preguntar al médico o a un profesional sanitario, y era muy pesada con eso, pero sí me contestó, y no lo hizo mal.
Obviamente, no dejaré decisiones terapéuticas en manos de ChatGPT, al menos por ahora, pero da que pensar, y mucho, sobre lo que se nos viene encima.
Y qué quieres que te diga, pasear con Clara fue toda una experiencia.
El mundo ya ha cambiado, aunque no nos hayamos dado cuenta.